Crisis Energética y el GN

La recuperación de Covid-19 en 2021 y la invasión rusa de Ucrania llevaron al mundo a una crisis energética en toda regla, y los mercados mundiales de gas se vieron especialmente afectados. Ahora, aunque el mundo parece estar saliendo de la crisis energética, el mercado mundial del gas sigue siendo ajustado. El crecimiento de la demanda mundial de gas entre 2021 y 2030 se proyecta en unos 400 bcm (300 bcm menos que la previsión antes de la crisis). Esta pérdida de crecimiento no puede atribuirse en su totalidad a la crisis energética. En particular, el crecimiento de la demanda de gas en América del Norte hasta 2030 es unos 200 bcm menos que lo proyectado anteriormente, principalmente debido al impacto de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). Los otros cambios clave, que pueden atribuirse en gran medida a la crisis energética, son Europa (45 bcm menos de crecimiento), China (25 bcm menos de crecimiento) y reducciones marginales en otras regiones. Un total del 80 por ciento del crecimiento de la demanda entre 2021 y 2030 proviene de los sectores de Energía e Industria. El crecimiento de la demanda de gas en la generación de electricidad es relativamente reducido, fuera de las economías de la OCDE donde sí es importante.

Se espera que la capacidad global de exportación de GNL crezca en más de 350 bcm entre 2022 y 2030, un aumento del 60% con respecto a la capacidad de exportación de GNL promedio disponible en 2022. Casi el 75% de este aumento ya lo tomó el Final Investment Decision (FID) de USA, y más de la mitad del aumento proviene de América del Norte. El crecimiento total de las importaciones de GNL entre 2021 y 2030 es de unos 275 bcm, un aumento de más del 50% en el comercio de GNL. Europa y la ASEAN tienen los mayores aumentos de poco menos de 100 bcm, aunque unos 60 bcm del crecimiento de Europa se produjeron en 2022, por lo que durante el resto de esta década, el crecimiento es inferior a 40 bcm. El crecimiento chino durante este período es de unos 30 bcm, pero esto tiene en cuenta la disminución de 20 bcm en 2022 tras la débil actividad económica y los cierres, por lo que equivale a un crecimiento de 50 bcm a partir de 2023.

Una incertidumbre clave para el gas es el trilema entre el carbón, el gas y las energías renovables. Antes de la crisis energética, el consenso era que el gas se beneficiaría en cualquier región donde el carbón fuera eliminado y las energías renovables, junto con el gas, ganaran cuota de mercado. Esta era especialmente la situación esperada en Asia. Sin embargo, la crisis energética ha hecho que el carbón regrese en 2022 y la inversión en carbón continúa en algunos países asiáticos y, si se considera que el gas no es asequible, puede enfrentar una lucha cuesta arriba para no verse desplazado por el carbón y las energías renovables. También se espera que las regiones asiáticas experimenten un fuerte crecimiento de la demanda de importaciones de gas y GNL.

El Escenario de Políticas Establecidas de la IEA (STEPS, por sus siglas en inglés) establece una demanda global total de gas en 2030 ligeramente superior a 100 bcm, inferior en un 2.5% que el escenario del Nuevo Orden (NO) de la OIES (Oxford Institute for Energy Studies). Una conclusión clave del escenario del Nuevo Orden de la OIES para 2030 es que una combinación de la crisis energética y la IRA de USA conducirá a una pequeña pérdida "única" en la demanda mundial de gas de alrededor del 6%. Sin embargo, aún persisten varias incertidumbres, en particular el crecimiento de la demanda de gas en China, Europa y los países de la ASEAN, que son muy importantes para el crecimiento de las importaciones de GNL necesarias para absorber el aumento récord esperado en la capacidad de exportación de GNL en los próximos cuatro o cinco años. El nivel de demanda en el escenario del Nuevo Orden de la OIES en 2030 no es suficiente para absorber el aumento de la oferta de GNL, lo que lleva a tasas de utilización más bajas en las plantas de exportación. Sin embargo, si los precios responden, como lo han hecho anteriormente en períodos de exceso de oferta, entonces los precios más bajos pueden estimular una mayor demanda de gas en sectores y regiones sensibles a los precios.


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